¿Qué Parrillano no se ha sentado alguna vez a la sombra de esta Cruz?. Grande y curiosa es la historia que os contamos a continuación.
Se llama Cementerio al espacio que existe delante de la Iglesia. Así lo denominan los escribanos y personalidades del siglos XVII y así se sigue llamando en la actualidad en Parrillas. Deriva inequívocamente de la costumbre de efectuar los enterramientos primero dentro de la propia Iglesia y posteriormente en los aledaños de la misma.
Es muy posterior la costumbre de fijar un campo adecuado para tal fin fuera de la villa, y a esto se lo denomina Camposanto. El Cementerio era el lugar por el que discurrían las procesiones en Parrillas, o lo que es lo mimo, alrededor de la Iglesia o Ermita, como ocurre en la de Ntra. Sra. de la Fuente Santa, en donde “se hace el cementerio para que Ntra. Sra. pueda andar en procesión” (F.S. 42ª).
Se llama Cementerio al espacio que existe delante de la Iglesia. Así lo denominan los escribanos y personalidades del siglos XVII y así se sigue llamando en la actualidad en Parrillas. Deriva inequívocamente de la costumbre de efectuar los enterramientos primero dentro de la propia Iglesia y posteriormente en los aledaños de la misma.
Es muy posterior la costumbre de fijar un campo adecuado para tal fin fuera de la villa, y a esto se lo denomina Camposanto. El Cementerio era el lugar por el que discurrían las procesiones en Parrillas, o lo que es lo mimo, alrededor de la Iglesia o Ermita, como ocurre en la de Ntra. Sra. de la Fuente Santa, en donde “se hace el cementerio para que Ntra. Sra. pueda andar en procesión” (F.S. 42ª).
Cruz del Cementerio de la Iglesia. Parrillas. Toledo.
Fotografía. Ana Sánchez
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El Mayordomo inició rápidamente las gestiones, contratando la obra a unos maestros de cantería. El primer pago que efectuó fueron 304 reales que importaron los jornales y los carros necesarios para traer la piedra. Los canteros, a su vez, cobraron la enorme suma de 1945 reales correspondientes a sus jornales. Quiere decir esto que se echaron alrededor de 900 peonadas en picar la Cruz, suponiendo a dos reales el jornal de un maestro de cantería. Como la cruz se inauguró en el año siguiente al de la autorización, o sea, en 1669, debieron trabajar tres o cuatro canteros en la obra. Todo esto traerá consecuencias curiosas.
El 27 de junio de 1670, se efectúa la Santa Visita en la que el mayordomo justifica los gastos habidos desde la anterior, que sucede al día de San Miguel del 1668. Actúa como Visitador Fray Alonso Aguayo, a quien Juan Rodríguez de Tomé presenta, entre otros, los recibos correspondientes a los gastos que originó la Cruz de piedra. Mucho se debió sorprender el clérigo Visitador, por el monto del coste, cuando no dio por buenos al mayordomo más que 1000 reales “por aver parecido a su merced no costar más” (1.º F, 136ª). Curiosa y grave decisión la del Visitador, que, desde luego, no aceptó el mayordomo. En efecto, interpuso demanda ante el Provisor de Ávila, Don Gabriel de Venita Plaza, quien en 1673 sentenció a su favor, obligando a la Parroquia a abonarle 1000 reales por la diferencia y el pago de las costas del juicio que fueron 59 reales. (1.º F, 147ª).
En la actualidad, como hemos dicho, la Cruz se mantiene en perfectas condiciones, en cuya peana se lee: HICOSE SIENDO CURA EL LICENCIADO DON JUAN GOMEZ. AÑO 1669.
Fuente: LA EXENCIÓN DE PARRILLAS y otros datos históricos hasta el S. XVIII
Jesús Gómez Jara y Jose Mª Gómez Gómez
Realmente curiosa la historia de esta Cruz del Cementerio. Parrillas y sus rincones están llenos de historia.
ResponderEliminarK bonita es la cruz d partillas y sobre todo la iglesia y la virjen y el cristo¡vive parrillas!lo dice una parrillana
ResponderEliminarK bonita es la cruz y l iglesia d mi pueblo ¡viva parrillas!lo dice una partillana y k bonita es la ermita y l virjen y su cristo
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